Cúrcuma: historia, principios activos y nuevas perspectivas.
24 de mayo de 2021
La cúrcuma (Curcuma longa) es una planta herbácea de la familia de las zingiberáceas nativa del sudeste asiático y la India, que llegó a Europa como especia a través de los árabes en el siglo XII.
Su rizoma se caracteriza por ser de color amarillo-anaranjado intenso, debido a la presencia de los curcuminoides. Es usado tradicionalmente en la cocina, formando parte de mezclas de especias tan conocidas como el curry. Destaca también su uso como planta medicinal en las medicinas ayurvédica y china, en productos cosméticos y como tinte para tejidos desde hace más de 2000 años.
En la medicina ayurvédica esta planta se ha utilizado desde hace miles de años, y existen referencias a su uso terapéutico en el Rigveda. Las partes usadas de la planta son las hojas y el rizoma. Se considera que su sabor es amargo y picante, con una potencia caliente, seca y ligera de digerir. Entre sus acciones podemos destacar su capacidad para eliminar productos tóxicos, mejorar el metabolismo, tonificar el tejido muscular y controlar las hemorragias. Es utilizada en múltiples enfermedades metabólicas, respiratorias e inflamatorias, como la artritis, además de sus beneficios para la piel y en la curación de heridas.
En la medicina tradicional china se considera que el rizoma de la cúrcuma es picante, amargo, aromático y tibio. Por ello se utiliza para activar la sangre, movilizar el qi y aliviar el dolor. Se recomienda tomar de 3-10 gramos diarios del rizoma sin cocción, o 2-3 gramos si se toma en polvo. Su uso está contraindicado en el embarazo.
Principios activos de la cúrcuma
La cúrcuma contiene varios metabolitos secundarios entre los que destacan los curcuminoides y el aceite esencial.
Los curcuminoides químicamente son diarilheptanoides que presentan un color amarillo intenso característico de la raíz de cúrcuma. El curcuminoide mayoríatario es la curcumina que supone hasta un 77% de los curcuminoides. Existen también otros curcuminoides, como la demetoxicurcumina, la bisdemetoxicurcumina o la tetrahidrocurcumina.
La curcumina se considera el principal componente bioactivo al que se le atribuyen las propiedades medicinales de la cúrcuma. Sin embargo, algunas investigaciones llevadas en los últimos años, apuntan a que otros componentes de la cúrcuma, como el aceite esencial, o los tetrahidrocurcuminoides podrían actuar sinergísticamente mejorando el potencial terapéutico de la curcumina. Se ha observado que la combinación de curcumina con el aceite esencial de cúrcuma presenta una mayor actividad inflamatoria en un estudio de colitis en ratón. Otros estudios demostrarón que el aceite esencial mejoraba la biodisponibilidad de la curcumina.
Uno de los problemas de la cúrcuma es que debido a su naturaleza liposoluble no es tan fácilmente asimilada por nuestro organismo y su biodisponibilidad es limitada. Por eso suele combinarse con otros compuestos naturales, como la piperina o el jengibre para mejorar su biodisponibilidad. La piperina es el principal componente activo de la pimienta negra. Se ha demostrado que este principio activo inhibe la glucuronidación de varios medicamentos, evitando con ello su excreción y mejorando su biodisponibilidad. Por ello, la mayoría de complementos alimenticios del mercado acompañan la cúrcuma de la piperina para mejorar su biodisponibilidad.
Evidencia científica sobre los usos de la cúrcuma
En los últimos años la cúrcuma ha ganado una gran popularidad dentro del mundo de los complementos alimenticios y la cosmética natural gracias a sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, antimicrobianas y quimiopreventivas. Estas propiedades se deben a la capacidad de la curcumina de influenciar múltiples procesos fisiológicos de nuestro organismo como aquellos regulados por el factor proteico NF-kB, la proteína quinasa B. Afecta también al ciclo celular inhibiendo factores de crecimiento, y parece influir en la regulación de la función de los linfocitos T presentes en el intestino grueso. Uno de sus efectos más destacados es su capacidad para neutralizar los radicales libres y quelar algunos metales ejerciendo así su acción anti-oxidante.
Las aplicaciones terapéuticas de la curcumina están siendo estudiadas a día de hoy y parece ser un prometedor compuesto activo en el tratamiento de enfermedades crónicas. Actualmente se está investigando el uso de la curcumina en el tratamiento de enfermedades degenerativas como el Alzheimer, enfermedades inflamatorias, como la colitis ulcerosa o la artritis, enfermedades metabólicas como la diabetes, enfermedades de la piel, como el vitíligo y la soriasis, y varios tipos de cáncer.
El uso de la cúrcuma tan extendido como complemento alimenticio se debe a sus diferentes bioactividades que hacen que pueda servir como coadyuvante en numerosas dolencias crónicas e antiinflamatorias. Esto junto con su baja toxicidad, ya que se trata de una planta comestible, hacen que sea una planta con un gran potencial terapéutico.
Bibliografía
Productos de cúrcuma (Curcuma longa L.): ¿Qué diferencias de calidad existen?
Curcumina: de la medicina antigua a los ensayos clínicos actuales.
La curcumina, componente activo de la cúrcuma (Curcuma longa), y sus efectos sobre la salud.
La curcumina, el nutracéutico dorado: objetivos múltiples para múltiples enfermedades crónicas.
La química medicinal esencial de la curcumina.
Curcumina: análisis a escala total de la literatura científica.
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