Plantas adaptógenas: biorreguladores naturales frente al estrés.

21 de enero de 2021

El término adaptógeno fue propuesto por primera vez por el farmacólogo ruso Nicolaï Lazarev, cuando estudiaba los efectos de algunas plantas como la Schisandra chinensis y el Panax ginseng con el objetivo de encontrar sustancias naturales que permitieran aumentar la aptitud y el potencial humano durante la segunda guerra mundial. En 1947 N. Lazarev propuso la siguiente definición:

«Un adaptógeno es una sustancia farmacológica capaz de inducir en un organismo un estado de resistencia aumentada inespecífica, que permite contrarrestar las señales de estrés y adaptarse a un esfuerzo excepcional»

Esta definición se ha ido modificando a lo largo del tiempo, pero en términos generales podemos decir que los adaptógenos son biorreguladores naturales que aumentan la habilidad de nuestro organismo para adaptarse a diferentes factores ambientales y evitan el daño causado por estos. Frecuentemente se utilizan para aumentar el rendimiento ante periodos de estrés. A diferencia de los estimulantes convencionales, regulan la respuesta de nuestro cuerpo evitando los daños producidos por estrés y reduciendo la fase de depresión posterior.

Estas plantas son llamadas tónicos por la Medicina Tradicional China (MTC). Según esta medicina milenaria la armonía y el equilibrio son fundamentales para la salud. Para la MTC estas plantas pueden ayudar en periodos de debilidad causados por insuficiencia de qi (energía vital) o sangre. Lo que proporciona una resistencia aumentada y mejorando la vitalidad del paciente.

Se suele decir que los adaptógenos actúan de manera no específica sobre el cuerpo humano. Es decir que son ambivalentes y pueden trabajar en dos sentidos opuestos, según las necesidades de nuestro organismo. Por lo que una misma planta adaptógena puede ayudar a bajar la presión sanguínea o subirla según convenga para que el cuerpo logre un balance adecuado de sus energías. Esta forma de actuar es consecuencia de que actúan sobre el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA). Este eje es una parte esencial del sistema neuroendocrino que controla las reacciones al estrés y regula varios procesos del organismo como la digestión, el sistema inmune, las emociones, la conducta sexual y el metabolismo energético. Este eje cumple un papel crucial en el mantenimiento de la homeostasis (1). Lo que quiere decir, que busca restablecer el equilibrio del organismo para que pueda realizar sus funciones con el mejor desempeño posible.

Mecanismo de acción de las plantas adaptógenas sobre el eje HHA
Mecanismo de acción de las plantas adaptógenas sobre el eje HHA (Liao et al, 2018)

 

Los estados de estrés prolongados en el tiempo pueden suponer una amenaza para homeostasis. Esto se debe a que impiden el normal funcionamiento del organismo y causando problemas como la ansiedad, insomnio, depresión o disminuyendo la capacidad de respuesta del sistema inmune. Cuando el eje HHA es ajustado se observa un aumento y regulación de la circulación de energía; reducción en la sensación de presión externa; mejora de la resistencia; mejora de la concentración mental; facilitación del sueño profundo. Todas estas funciones se consideran la función principal de los adaptógenos.

Los principios activos presentes en estas plantas se pueden dividir en las siguientes dos categorías. La primera categoría incluye terpenoides con esqueletos de cuatro anillos que son similares a los corticosteroides. Estos actúan como hormonas del estrés involucradas en la inactivación protectora del sistema de estrés. La segunda categoría incluye compuestos fenólicos con estructuras similares a las catecolaminas. Se trata mediadores del sistema simpaticoadrenal (SAS) involucrados en la activación del sistema de estrés en las primeras etapas de la respuesta a éste.

Salidrosida y rosavina
Salidrosida y Rosavina: principios activos de las plantas adaptógenas con estructura similar a las catecolaminas.

 

Estructura química del panaxatriol y el cortisol
Panaxatriol: terpenoide presente en el ginseng con una estructura similar al cortisol.

 

A menudo, en condiciones de estrés las glándulas suprarrenales se ven sobrecargadas ante la demanda corporal de liberación de hormonas como el cortisol. Esto lleva a la aparición de fatiga adrenal. Los adaptógenos pueden aumentar la efectividad de la secreción de la glándula suprarrenal y eliminar el exceso de producción de hormonas. De esta forma, se evita la fatiga suprarrenal que está relacionada con algunos dolores corporales, fatiga, nerviosismo, alteración del sueño y problemas digestivos.

A pesar de lo que cabría esperar, las plantas adaptógenas no producen insomnio, como otros estimulantes, sino que promueven un mejor descanso por las noches. Incluso, algunas de ellas se utilizan en el tratamiento del mismo. No debemos olvidar, que frecuentemente el insomnio es producido por alteraciones del ritmo circadiano de producción de cortisol como consecuencia del estrés. Existen algunas plantas adaptógenas pueden ayudar a regular la producción de cortisol y restablecer así el ritmo circadiano, este es el caso de plantas como Panax quinquefolius, Withania somnífera, Schisandra chinensis o Gynostemma pentaphyllum.

Además, muchas de estas plantas mejoran también la respuesta del sistema inmune y son conocidas por sus efectos inmunomoduladores. Un ejemplo sería el ginseng, que es capaz de activar los macrófagos o los linfocitos T. Por esto mismo, las plantas adaptógenas también pueden ser de gran utilidad como coadyuvantes en el tratamiento de pacientes con cáncer. Ya que son capaces de mejorar la salud física y la capacidad de respuesta del cuerpo.

Algunos ejemplos de plantas adaptógenas:

Ginseng (Panax ginseng): es una de las plantas adaptógenas más conocidas. Su raíz se utiliza desde hace milenios por la medicina tradicional china para mejorar el sistema inmune, reducir la ansiedad, el estrés y la fatiga.

Maca (Lepidium meyenii): es una planta de origen peruano, y a menudo se utiliza para mejorar la fuerza y vitalidad. Otra de sus propiedades popularmente conocidas es la capacidad que posee de mejorar la fertilidad en los animales

Rodiola (Rhodiola rosea): tradicionalmente se la conoce por su capacidad de mejorar el rendimiento físico, disminuir la fatiga, ayudar a soportar mejor las condiciones climáticas extremas y el mal de altura. Como tratamiento se ha usado para combatir la depresión, la anemia, la impotencia y la infertilidad.

Ashwagandha o ginseng indio (Withania somnifera): planta muy usada en la medicina ayurvédica. Una de las características más interesantes de la raíz de esta planta es su actividad equilibrante, ya que es capaz de dar energía y, al mismo tiempo, relajar el organismo.

Como hemos visto, las plantas adaptógenas presentan un gran potencial y han sido utilizadas a lo largo de la historia por varias culturas en el mundo para el tratamiento de diferentes patologías. Sin embargo, la aplicación clínica de adaptógenos de origen vegetal y su uso en el cuidado de la salud los productos permanecen en la etapa preliminar. Por ello, el estudio de estas plantas, de los principios activos que presentan, y su mecanismo de acción en nuestro organismo, nos ayudará a fomentar una utilización más efectiva de las mismas.

(1) Homeostasis: propiedad de los organismos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior.

Fuentes consultadas:

Revisión preliminar de estudios sobre adaptógenos: comparación de su bioactividad en MTC con la de hierbas similares al ginseng utilizadas en todo el mundo

Efectos de los adaptógenos sobre el sistema nervioso central y los mecanismos moleculares asociados con su actividad protectora contra el estrés

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