Beneficios del alga Espirulina

28 de febrero de 2024

La espirulina es un tipo de alga verde-azulada que pertenece al género Arthrospira. Su nombre científico completo es Arthrospira platensis o Arthrospira maxima, dependiendo de la especie específica. Es un microorganismo fotosintético que se encuentra de forma natural en aguas alcalinas de lagos cálidos, principalmente en África, Asia y América del Sur.
A lo largo de la historia, la espirulina ha sido una fuente importante de alimento para diversas culturas, especialmente en regiones donde crece de forma natural. Por ejemplo, ha sido consumida tradicionalmente por comunidades en África y América Central. Los aztecas en México también la utilizaban como parte de su dieta.
En la actualidad, la espirulina se ha vuelto popular como suplemento dietético debido a su alto contenido de proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales. Se considera una excelente fuente de proteínas, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales en proporciones adecuadas.

¿Cuáles son los principios activos de la espirulina?
La espirulina contiene una amplia variedad de principios activos que contribuyen a sus propiedades nutricionales y potenciales beneficios para la salud. Se trata de una excelente fuente de proteínas de alta calidad, que contienen todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo humano necesita. Entre sus compuestos bioactivos destaca la presencia de la ficocianina, un pigmento antioxidante exclusivo de las algas azules-verdes, como la espirulina, que se ha asociado con beneficios para la salud, incluyendo propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. También es rica en clorofila, que es el pigmento vegetal responsable del color verde de la espirulina y se cree que tiene propiedades desintoxicantes y alcalinizantes. Incluye también varias vitaminas del grupo B, como B1, B2, B3, B5 , B6 y B9, vitamina A, vitamina E y vitamina K, además de minerales como el hierro, calcio, magnesio, potasio, zinc, manganeso y selenio, entre otros. Contiene también ácido gamma-linolénico (GLA), un ácido graso omega-6, así como pequeñas cantidades de ácidos grasos omega-3, como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA).

Ficocianina
Estructura química de la Ficocianina

¿Qué propiedades de la espirulina han sido estudiadas científicamente?
Las principales propiedades de la espirulina que han sido estudiadas por la ciencia son las siguientes:

Fuente de nutrientes: La espirulina es muy preciada como fuente de nutrientes, ya que es rica en proteínas, y contiene todos los aminoácidos esenciales, vitaminas, como la vitamina B2, B1 y B3, minerales, como el hierro, el hierro y el cobre, y ácidos grasos esenciales, incluyendo tanto omega 3, como omega 6. Debido a su aporte de hierro, puede ser útil en el tratamiento de la anemia. Un estudio realizado en 2020 encontró que el consumo de espirulina puede mejorar los niveles de hemoglobina en mujeres embarazadas durante el segundo trimestre. Además, investigaciones realizadas en 2021 han demostrado que la espirulina también puede ayudar a combatir la deficiencia de hierro en niños pequeños.

Propiedades antioxidantes y antiinflamatorias: Contiene varios antioxidantes, como la ficocianina, que pueden ayudar a combatir el estrés oxidativo en el cuerpo y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con los radicales libres. La espirulina también ha mostrado tener potencial para reducir la inflamación en el cuerpo, lo que puede ser beneficioso para personas con enfermedades inflamatorias crónicas.

Apoyo al sistema inmunológico: Algunos estudios sugieren que la espirulina puede fortalecer el sistema inmunológico, aumentando la producción de anticuerpos y promoviendo la actividad de ciertas células inmunitarias, como los macrófagos y los linfocitos T y B. La espirulina también ha mostrado efectos beneficiosos en condiciones relacionadas con el sistema inmunológico, como la anemia y el deterioro del sistema inmunológico asociado con el envejecimiento. Estudios en humanos han demostrado que la suplementación con espirulina puede aumentar los niveles de hemoglobina y mejorar la función inmunológica en personas mayores. También se ha observado que la ficocianina reduce la producción de ciertas citoquinas proinflamatorias como el interferón-gamma (IFN-γ) y el factor de necrosis tumoral-alfa (TNF-α), de manera dependiente de la concentración. Por otro lado, se observó que la ficocianina aumenta los niveles de citoquinas antiinflamatorias, como la interleucina-10 (IL-10). Esto junto con las propiedades antioxidantes de la ficocianina podría explicar su efecto inmunomodulador.

Reducción del colesterol: Se ha demostrado en estudios que la espirulina puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL (“colesterol malo”) y aumentar los niveles de colesterol HDL (“colesterol bueno”), lo que puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Según una revisión sistemática, la espirulina pudo mejorar significativamente estos marcadores en personas con síndrome metabólico y trastornos relacionados. Esto parece deberse a la acción conjunta de vitaminas, minerales, omega-3, fibra soluble y las propiedades antioxidantes y cardio protectoras de la ficocianina. En concreto, la ficocianina fue estudiada por su capacidad de proteger el colesterol y otros lípidos de la oxidación, ayudando a prevenir varias enfermedades relacionadas.

Podría reducir la presión sanguínea: Una revisión de cinco estudios encontró que tomar de 1 a 8 g de espirulina por día podría reducir significativamente la presión arterial sistólica y diastólica, especialmente en personas con niveles altos de presión arterial. Se cree que esta reducción se debe a una mayor producción de óxido nítrico, una molécula de señalización que ayuda a que los vasos sanguíneos se relajen y dilaten.

Control de la glucosa en sangre: Algunas investigaciones sugieren que la espirulina podría tener efectos beneficiosos en la regulación de los niveles de azúcar en sangre, lo que podría ser útil para personas con diabetes tipo 2. Una revisión de ocho estudios en humanos, la suplementación con espirulina en dosis que oscilan entre 0,8 y 8 g diarios podría reducir significativamente los niveles de azúcar en sangre en ayunas en personas con diabetes tipo 2. Sin embargo, no hubo ningún efecto significativo sobre los niveles de azúcar en sangre después de comer ni sobre los niveles de hemoglobina A1c, que se utiliza para medir el control del azúcar en sangre a largo plazo. Por lo que se necesitan más estudios para respaldar este hecho.

Puede mejorar la fuerza y la resistencia muscular: la acción conjunta de las proteínas, vitaminas, minerales y compuestos antioxidantes presentes en la espirulina hacen que se útil en la mejora de la fuerza y el rendimiento muscular. Las proteínas en la espirulina contienen todos los aminoácidos esenciales, fundamentales para la síntesis muscular. Además, su alta concentración de hierro favorece el transporte de oxígeno a los músculos, mejorando su rendimiento durante el ejercicio. Los antioxidantes presentes en la espirulina pueden reducir el estrés oxidativo inducido por el ejercicio, disminuyendo el daño muscular y mejorando la recuperación, lo que contribuye a una mayor fuerza y resistencia muscular. La suplementación con 6 gramos de espirulina pudo mejorar la absorción de oxígeno durante un ejercicio de ciclismo con los brazos, y los investigadores señalaron que podría actuar como una ayuda complementaria para mejorar el rendimiento deportivo.

Desintoxicación: La espirulina se ha sugerido como un agente útil en la desintoxicación debido a sus propiedades antioxidantes y capacidad para eliminar metales pesados del cuerpo. Como fuente rica en clorofila, la espirulina puede ayudar a desintoxicar el cuerpo al promover la eliminación de toxinas y metales pesados a través de la captura y excreción. Un estudio en ratas expuestas al cadmio, un metal pesado tóxico, encontró que la espirulina reducía significativamente los niveles de cadmio en el hígado, los riñones y otros tejidos, sugiriendo un efecto desintoxicante. Además, la espirulina ha mostrado capacidad para neutralizar los radicales libres y reducir el daño oxidativo en el cuerpo, lo que también puede contribuir a su efecto desintoxicante.

¿Cómo debo tomar la espirulina?
La forma más común de consumir espirulina es en forma de polvo, comprimidos o cápsulas. Si decides tomarla en polvo, puedes mezclar el polvo de espirulina en agua, jugos, batidos, sopas, salsas, o incluso espolvorearlo sobre alimentos como ensaladas o yogur. La dosis típica suele ser de 1 a 2 cucharaditas al día (alrededor de 3 a 6 gramos). Los comprimidos o las cápsulas son la opción más conveniente para aquellos que prefieren evitar el sabor de la espirulina en polvo. La dosis recomendada varía según la concentración del producto, pero generalmente se encuentra en el rango de 500 mg a 1000 mg por día. Es importante seguir las indicaciones del fabricante o consultar a un profesional de la salud para determinar la dosis adecuada para ti.
Es recomendable tomar la espirulina a diario para obtener sus beneficios a largo plazo. Si se quiere aumentar la absorción del hierro presente en la espirulina, es recomendable tomarla junto con la vitamina C.

Como tomar espirulina

¿En qué casos está contraindicada la espirulina?
Aunque la espirulina es generalmente considerada segura para la mayoría de las personas cuando se consume en cantidades normales, hay algunos casos en los que su uso puede estar contraindicado o se debe usar con precaución. Algunas situaciones en las que se debe evitar o usar con precaución la espirulina incluyen:

Alergias: Las personas con alergias conocidas a los mariscos u otros tipos de algas pueden ser alérgicas a la espirulina. Si hay sospechas de alergia, se debe evitar su consumo y se debe buscar atención médica si se experimentan síntomas alérgicos.

Trastornos autoinmunes: Debido a su capacidad para estimular el sistema inmunológico, algunas personas con trastornos autoinmunes, como lupus o artritis reumatoide, pueden experimentar una exacerbación de los síntomas con el consumo de espirulina. Se recomienda precaución y consultar con un médico antes de usarla en estas condiciones.

Fenilcetonuria: La espirulina puede contener fenilalanina, un aminoácido que puede ser perjudicial para las personas con fenilcetonuria, un trastorno genético en el que el cuerpo no puede descomponer la fenilalanina correctamente. Las personas con este trastorno deben evitar la espirulina.

Embarazo y lactancia: No hay suficiente evidencia científica sobre la seguridad de la espirulina durante el embarazo y la lactancia. Por lo tanto, se recomienda evitar su uso en estas etapas a menos que sea recomendado por un médico.

Problemas de tiroides: Algunas fuentes sugieren que la espirulina puede afectar la función tiroidea, especialmente en personas con hipertiroidismo o hipotiroidismo. Aquellos con trastornos tiroideos deben consultar con un médico antes de consumir espirulina.

Interacciones medicamentosas: La espirulina puede interactuar con ciertos medicamentos, como inmunosupresores o medicamentos anticoagulantes. Las personas que toman medicamentos regularmente deben consultar con un médico antes de usar espirulina para evitar interacciones no deseadas.

Aviso: es importante que cualquier persona que esté considerando el uso de espirulina consulte con un profesional de la salud, especialmente si tienen condiciones médicas preexistentes o están tomando medicamentos, para determinar si es seguro y adecuado para ellos.

 

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